El llamado Templo de Diana es un antiguo edificio romano del siglo I en Nîmes, construido durante el reinado como emperador de Octavio Augusto.
Su planta, similar a una basílica, argumenta en contra de que sea un templo y no hay evidencia arqueológica o literaria de su dedicación a Diana.
Su fachada fue reconstruida durante el siglo II y en la época medieval albergó un monasterio, asegurando su supervivencia.
Los restos consisten principalmente en una sala abovedada de 14.5 x 9.5 m, flanqueada por dos escaleras a los edificios adosados que faltan.
La pared lateral norte tiene una serie de cinco nichos rectangulares coronados por frontones alternos triangulares y semicirculares.