A principios de 1976, Ali Abu Assaf y Wahid Khayata reemprendieron los trabajos.
[3][7] Según el extenso debate posterior entre los arqueólogos, Ain Dara tiene numerosas similitudes con el templo de Salomón en Jerusalén.
El templo está construido en posición dominante sobre el valle del Afrin, elevado sobre un zócalo decorado con esfinges y leones de tamaño natural.
Sobre este zócalo corría, sobre la fachada, una segunda fila de decoraciones: leones y esfinges en bulto redondo, situados como guardianes del acceso.
El patio está pavimentado con losas donde se ve un lavabo de piedra con fines ceremoniales.
Los pilares de la entrada parecen tener significado arquitectónico y cultual.
La cella mide 16 x 16 m. En el extremo posterior se añadieron relieves y una estela como parte de esta estancia.
En el área del pequeño santuario situado en la zona más interna del templo, ranuras y zócalos tallados son visibles en la el muro,[3] que indican la antigua presencia de una mampara de madera.
Monson ha señalado que las deidades en todos los relieves del templo de Ain Dara tienen «zapatos con dedos encorvados».
[7] Hasta 2017 los constantes enfrentamientos desde el estallido de la Guerra civil siria no afectarían el sitio del templo.