Teiichi Suzuki
Tras la rendición de Japón fue condenado por el Tribunal de Tokio a cadena perpetua, pero obtuvo la libertad condicional en 1955.De los japoneses procesados por crímenes de guerra fue el último en morir —cuando falleció le faltaban cinco meses para cumplir los 101 años—.Suzuki informó sobre la difícil situación material de Japón que le impediría mantener un conflicto prolongado pero, a diferencia del ministro de Finanzas Okinori Kaya, no se opuso a la guerra —y tampoco presentó el estudio elaborado por la Oficina de Planificación que concluía que la producción industrial media estadounidense era más de setenta y cuatro veces la de Japón, y no veinte veces mayor como había calculado el Ejército Imperial Japonés—.Asimismo cuando el ministro Kaya le preguntó sobre las reservas de petróleo Suzuki contestó que la lucha sería difícil pero posible.[1] Y en otra intervención dijo: «A Kaya le preocupa tener asegurado material de guerra suficiente y parece pensar que estaríamos en desventaja en los años 1941 y 1942.