En México, el tatemado (del náhuatl tlatemati «poner al fuego»; de tla-, «cosa»/partícula de objeto directo, tletl, «fuego» y mati, «poner»), cuya acción es tatemar, equivale a soasar (asar ligeramente) un alimento, es decir, tostarlo o dorarlo, por lo general sobre un comal, o directamente sobre el fuego.Se pueden tatemar carnes, chiles y otras verduras, algunos pescados e incluso frutos[1] como el cacahuate.Los chiles tipo poblano o de agua (Oaxaca) se suelen tatemar para elaborar rajas o los tradicionales chiles rellenos, dándoles la vuelta hasta que luzcan quemados por todos lados y se desprenda su piel fácilmente.También para preparar salsas y moles se suele tatemar el jitomate o el tomate verde.[2] En la gastronomía prehispánica, como en muchas otras, se implican todos los sentidos, de modo que el proceso de tatemado no depende sólo de reconocer con la vista el momento en que un alimento está debidamente tostado, sino, por ejemplo, detener el cocimiento cuando comienza a despedir un olor particular.