La Tarjeta Octopus (八達通 en chino tradicional) es una tarjeta recargable, con procesador incorporado, que no necesita ponerse en contacto para ser utilizada en sistemas de pagos electrónicos en Hong Kong.
Para utilizarla sólo hay que acercarla a un lector Octopus y la recarga se puede realizar con máquinas que aceptan dinero en efectivo o directamente por transferencia desde una tarjeta de crédito o cuenta bancaria.
El reconocimiento obtenido a nivel internacional le ha valido un galardón de la World Information Technology and Services Alliance en 2006, el Global IT Excellence Award por su innovadora tecnología.
[2] El nombre en chino para la tarjeta Octopus significa literalmente "paso de ocho lugares".
El ocho es un número significativo en chino, y suele usarse para indicar "muchos".
El nombre también es particularmente apropiado porque "octopus" tiene la connotación de poder agarrar muchas cosas a la vez, y esta habilidad se transfiere a los usuarios, quienes pueden usarla en diferentes transacciones.
De acuerdo con el Apple Daily, el nombre chino fue acuñado por Jack So, quien a la sazón era jefe de la corporación MTR, la compañía que dio origen a Octopus Cards Limited.
Para pagar usando la tarjeta (para usar un transporte público o comprar en algún sitio) hay que aproximarse a algún lector de la tarjeta Octopus (que normalmente están pintados con un logo naranja similar al de la tarjeta); entonces el sistema emitirá un pitido Octopus para anunciar el pago y en ese momento aparecerá en la pantalla lo pagado y el saldo disponible; o un sonido de error será emitido si la tarjeta no es aceptada por saldo insuficiente.
Estas se imprimen con el nombre del poseedor de la tarjeta y su fotografía (si se desea), y funcionan automáticamente como tarjeta para niño, adulto o anciano porque reconocen la edad del usuario que está almacenada en la tarjeta (con lo cual se realizan los descuentos apropiados).
El servicio de recarga automática (AAVS por sus siglas en inglés) se puede utilizar para tarjetas personalizadas o normales.
Normalmente se venden como prémium (HK$100), con un valor inicial limitado (usualmente HK$10) y no pueden ser recargadas, pero sí utilizadas como cualquier otra tarjeta Octopus en otros aspectos.
Ambas versiones también permiten tres días de viajes sin límite en el MTR, HK$20 en valor utilizable (para viajes en sistemas diferentes al MTR u otros usos) y un depósito de HK$50 que se puede devolver.
Los empleados del Aeropuerto Internacional de Hong Kong tienen a su disposición una tarjeta especial (MTR Airport Staff Octopus, Octopus MTR para personal del aeropuerto) para transportes más baratos entre el aeropuerto y las estaciones a través del MTR Airport Express.
El sistema fue diseñado por AES ProData Limited, actualmente conocida como ERG Transit Systems, del grupo australiano ERG, que tiene un contrato para el diseño, instalación, operación, mantenimiento y financiación del sistema.
La distancia a la que la tarjeta puede ser leída varía entre 3 y 10 cm, dependiendo del lector.
Los datos almacenados serán transmitidos durante la noche o son recogidos con dispositivos portátiles.
MTR finalmente decidió adoptar tecnologías más avanzadas, y en 1993 anunció que se actualizaría hacia las smartcards (tarjetas inteligentes) que no requieren contacto físico.
Un número de instalaciones gubernamentales incluyendo las piscinas públicas y complejos polideportivos también adoptaron el sistema Octopus al mismo tiempo.
El sistema Octopus fue lanzado en 1997, y en los primeros tres meses se entregaron 3 millones de tarjetas.
Este mercado se movió desde la tecnología de banda magnética hacia tarjetas con chip inteligentes desde los primeros años de la década del 90; Hong Kong fue el primer sistema principal en hacer la transición.
Sin embargo, todos ellos usan una tecnología más actualizada, en comparación con el relativamente antiguo Octopus.
En Buenos Aires, Argentina, la empresa concesionaria del metro ("subte") está operando desde hace años una tarjeta muy similar, la "Monedero", cuyo uso se extiende no sólo al metro de la ciudad, sino también a una línea ferroviaria manejada por el mismo operador (el ferrocarril Urquiza), varios peajes de ingreso a la ciudad, y una extensa red de comercios.