Piazzolla compuso los seis Tango-Études en 1987, en una etapa en la que su obra se internacionalizó y había un enorme interés por su música a nivel mundial.
[1] La obra ha sido transcrita para múltiples instrumentos, como saxofón, oboe, clarinete e, incluso, para piano solo.
La obra está escrita para ser un estudio para flauta, por lo cual tiene múltiples retos técnicos para este instrumento.
[1] Sobre la interpretación, el propio Piazzolla dejó un testimonio señalando:Estos estudios tanguísticos dependen de la gracia del solista, sobre todo exagerando los acentos y respiraciones que debieran parecerse a la manera de tocar los tangos en el bandoneón.
Explotan las sonoridades de la flauta pero realmente suenan a bandoneón, son un ejercicio “bandonionístico”.