Taenia

Se llama teniasis a la que ocurre por la presencia de sus formas adultas, cuando se alojan en el intestino del huésped definitivo, y cisticercosis o cenurosis a la producida por sus formas larvales, intermedias o juveniles, al afectar a los hospedadores intermediarios en sus tejidos u órganos internos.

Como otros miembros del orden Cyclophyllidea poseen los característicos órganos de fijación, llamados ventosas, cuatro en total, como parte del escólex o segmento anterior del parásito, que tiene también un rostelo que puede presentar una o varias hileras de ganchos (tenias armadas), o no estar presentes (tenias inermes).

[2]​ Estos órganos, ventosas y garfios, son los que les permiten fijarse a las paredes del intestino de su hospedador.

Los síntomas pueden ser muy leves o ausentes durante mucho tiempo,[3]​ por lo que el paciente infectado no sospecha la infección hasta pasados años permitiendo al parásito alcanzar grandes tamaños.

Esta condición determina que el individuo esté formado por una gran cantidad de proglótides y además que cada uno presente un juego completo de órganos sexuales masculinos y femeninos.

Sin embargo, no es aproximadamente hasta la proglótide doscientos donde los órganos reproductores aparecen ya maduros.

Los testículos están constituidos por lóbulos redondeados los cuales se presentan en la mayor parte de la proglótide.

Este oviducto presenta el receptáculo seminal, que almacena los espermatozoides tras la cópula, y comunica al exterior por medio de un conducto denominado vagina.

Tras este proceso, el aparato reproductor masculino degenera hasta ser completamente absorbido.