Tōru Takemitsu

[13]​ Nacido en Tokio Takemitsu se interesó en un principio por la música clásica occidental en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial.

De carácter interdisciplinario, entre sus integrantes se encontraban pintores, grabadores, poetas, ingenieros y compositores como Kazuo Fukushima (n. 1930), Keijirō Satō (1927–2009), Hiroyoshi Suzuki (1931–2006) o Jōji Yuasa (n.

[15]​ Al principio Takemitsu se interesó poco por la música tradicional japonesa pero luego incorporó instrumentos japoneses, tales como el shakuhachi (una especie de flauta de bambú), a la orquesta.

Intentaron enmendar el error, pero Stravinski no lo permitió hasta completar la escucha, y terminó admirando en público la obra de Takemitsu.

Joyas de la música para piano como Rain tree sketch (1982), Rain Tree Sketch II (1992), Les Yeux Clos (1979) y Les Yeux Clos II (1988) son consideradas entre las mejores piezas para el instrumento escritas en el siglo XX.

En 1994 le fue otorgado el Premio Grawemeyer de Composición por la obra Fantasma/Cantos, para clarinete y orquesta.

[13]​ "El compositor no debería preocuparse por mezclar instrumentos tradicionales japoneses con la orquesta sinfónica occidental.

Por el contrario, contraponiendo la biwa y el shakuhachi a la orquesta, debería vivificar la extrañeza del sonido que es única para estos instrumentos."

"Ante todo, debes escuchar totalmente, abrir del todo tus oídos a lo que oyes.

¿Por qué a veces trato de expresar una profunda impresión cuando la naturaleza me conmueve?

"El nacionalismo nos impide resolver numerosos problemas que padece el mundo de hoy.

Lo que importa es cómo podemos hacer realmente natural el acto artificial de escribir música."

"Me resulta embarazoso cuando me dicen en países extranjeros «¿Por qué escribes música occidental aunque seas japonés?» Son preguntas similares a cuando los japoneses dicen: «Los extranjeros no pueden entender el teatro Noh».

Por ejemplo, escuchando a Brahms, un alemán y yo podemos entender cosas diferentes, pero cada uno es conmovido en su propia manera.

"Por supuesto no puedo ser indiferente como compositor a la cultura tradicional de nuestro país.

Debemos ver a Brahms o Wagner desde puntos de vista relativos.