[2] Su padre, Gregorio Bermann (Buenos Aires, 1894 - Córdoba, 1972),[3] provenía de una familia de judíos rusos, que llegaron a Buenos Aires (Argentina) a fines del siglo XIX.
Tuvieron tres hijos:[5] Sylvia, Daniel Gregorio (fallecido trágicamente al año y medio de edad) y Claudio Santiago (psicoanalista, que se radicaría en Barcelona).
[7] En esa época se incorporó a la militancia política directa en la FJS (Federación Juvenil Socialista) en Santiago.
Entonces Bermann se mudó a la Universidad Nacional de La Plata, donde hizo todo tercer año.
Hacia 1972, Bermann ―de 50 años de edad― se incorporó al grupo guerrillero Montoneros.
[2] No pudo volver a su casa, tuvo que abandonar todo lo que tenía y escaparse por tierra con su nieto Martín con un nombre falso, como su propio hijo, a través de Puerto Iguazú (provincia de Misiones) hacia Foz de Iguazú (Brasil).
Habían constituido un grupo, incluso disponían de una casa pública, un local del MPM en la capital.
En un momento Sylvia decidió volver al país y sus compañeros se lo impidieron.
[9] En el seno de la conducción montonera tuvo un enfrentamiento con Rodolfo El Loco Galimberti (1947-2002).
Aterrizaron en un aeropuerto clandestino, cerca de Diriamba, la noche anterior a la toma del poder por el Frente Sandinista.
Arribaron con todo el equipo médico para comenzar a trabajar el día siguiente y participaron en la marcha sobre Managua.
Durante los siguientes cuatro años se mantuvieron viajando todos los meses entre México y Nicaragua.
Sin embargo, este grupo tuvo escasa actividad y efímera existencia.
[17] Su consejo provisorio estaba integrado por Eduardo Astiz, Gerardo Bavio, Bermann, Miguel Bonasso, René Chaves, Olimpia Díaz de Dri, Jaime Dri, Ernesto Jauretche, Pedro Orgambide, Pablo Ramos, Julio Rodríguez Anido, Susana Sanz y Daniel Vaca Narvaja.
[2] Su instituto tenía un contrato con el Gobierno nacional para atender pacientes a través del PAMI (Programa de Atención Médica Integral, la obra social de jubilados, que durante el Gobierno de Carlos Menem era manejado por Víctor Alderete), pero ese arreglo se perdió debido a que Bermann se negó a pagar un soborno al funcionario a cargo de las contrataciones.