Suzanne fue estudiante del famoso antropólogo Bronislaw Malinowski, quien trabajó en 1949 con Alfred Métraux y participó en un proyecto de la UNESCO en Haití.
Además de su interés por el folclore haitiano y los problemas sociales de la condición de la mujer en Haití y en África, su investigación se centró en los orígenes del idioma criollo, una lengua considerada juvenil y sin valor en ese momento.
Eligió un camino difícil, pero su pintoresco trabajo, ignorado por sus pares, despertó el interés del famoso antropólogo polaco Bronislaw Malinowski.
Este último la invitó a Londres, donde se convirtió en su asistente de investigación mientras estudiaba en la Universidad de Londres y más tarde en la London School of Economics.
También llevó a cabo con éxito una investigación en el Museo Británico que dio como resultado su gran trabajo sobre las raíces africanas del idioma criollo haitiano.