Ella suele representarse como una mujer descalza, joven, rubia, ojos azules, en ocasiones con trenzas y vistiendo el vestido nacional blanco y azul.
Como símbolo, la doncella finesa ha sido usada desde el siglo XIV como una mujer con corona mural que después siguió desarrollando, consiguiendo que Finlandia tomara conciencia de sí misma y de su independencia.
Zachris Topelius y Walter Runeberg fueron importantes para establecer a la doncella finesa como símbolo.
Como Madre Svea de la vecina Suecia, la doncella finesa primero era un mujer adulta para luego convertirse cada vez en un mujer más joven.
La metáfora es tan empleada que la zona noroeste lo que más o menos coincide con la región de Enontekiö es conocida como "el brazo" (Käsivarsi) incluso se usa de forma oficial.