[2][7] Sin embargo, también ha sido criticado por la enorme presión social que llega a ejercer, pues un mal resultado puede condicionar el currículo del alumno.Los alumnos deben presentarse media hora antes y se examinan en todas las asignaturas de una sola vez, con descansos entre cada prueba.[2] Queda prohibido el uso de teléfonos móviles, dispositivos electrónicos, comida, apuntes, y cualquier material que pueda distraer o ayudar a los aspirantes.[4] La policía nacional también es movilizada para vigilar el tráfico, y las administraciones locales refuerzan tanto el transporte público como el servicio de taxis.[7] Aunque el sistema está consolidado en la sociedad surcoreana, el Test de Aptitud ha sido criticado por la presión social que puede llegar a ejercer entre los alumnos, así como por su elevada competitividad.[2][8] La reputación institucional y las redes de exalumnos universitarios influyen en la futura carrera laboral, así que los padres preparan a sus hijos para el suneung desde muy pequeños.[6] Además, es habitual que los padres matriculen a sus hijos en academias privadas (Hagwon) donde se refuerza lo aprendido mediante horas de estudio.[6] Esta situación ha incrementado tanto el endeudamiento familiar como la desigualdad social, precisamente algo que el Test de Aptitud pretendía evitar.[13] Los más críticos con el sistema denuncian que ha generado una «extrema infelicidad» entre los alumnos, así como un bloqueo de la imaginación y la creatividad.
Un lápiz escáner y un
portaminas
con la inscripción del Test de Aptitud (2018).
Concentración a las puertas de un colegio antes del Test de Aptitud.