Los portaminas son usados por su precisión y el hecho de que nunca se les engrosa la punta.
El primer portaminas fue patentado en Gran Bretaña en 1822 por Sampson Mordan y John Hawkins.
[1] Más tarde, Mordan cambió de socio por Gabriel Riddley, tras lo cual se incorporó la marca SMGR (basada en sus iniciales) a la producción.
Entre 1822 y 1873, se registraron innumerables patentes sobre variadas mejoras en este tipo de lápiz.
Los tipos de mina se basan en el diámetro y al igual que los lápices pueden variar en los tonos que tienen, inclusive existen minas de colores.