Es un compuesto orgánico antimicrobiano de uso muy extendido por vía oral o cutánea hasta que se descubrieron alternativas menos tóxicas.
Todavía se lo utiliza de modo ocasional en combinación con sulfabenzamida y sulfacetamida, y para desinfección de acuarios.
La imida tautómero es dominante, al menos en el estado sólido.
Allí el protón reside en el anillo de nitrógeno.
[2] El uso sistémico del sulfatiazol ha sido prohibido en varios países debido a la pérdida de efectividad bactericida y la sustitución por antibióticos de mayor eficacia y menores efectos secundarios.