Desde el punto de vista ingenieril se diferencia del término roca al considerarse específicamente bajo este término un sustrato formado por elementos que pueden ser separados sin un aporte significativamente alto de energía.
Los sedimentos pueden ser transportados por uno de los cinco agentes siguientes: agua, aire, hielo, gravedad y organismos vivos.
Un depósito hecho por el hombre se denomina terraplén o relleno.
El suelo se extrae, por excavación o voladura de un determinado yacimiento cuyo material cumple con las especificaciones preestablecidas; se transporta mediante un vehículo que puede ser un camión, una vagoneta, un bulldozer, o por medio de barcazas o tuberías y se deposita en el lugar predeterminado.
El material puede dejarse tal como cae, o puede acomodarse y compactarse, para alcanzar las características mecánicas deseadas.
El especialista en suelos, al concebir un proyecto, debe proyectar las estructuras no solamente para las propiedades del suelo al comienzo de la obra sino que también para toda la vida útil de la misma.
El suelo no es inerte, sino que es bastante activo y muy sensible a las condiciones de su entorno.
El suelo se comporta por lo tanto como un cuerpo no perfectamente elástico.
En primer lugar, la sola presencia del agua disminuye las fuerzas de atracción entre las partículas arcillosas.
Una muestra de arcilla, que puede tener una resistencia similar a la del cemento pobre cuando seca, puede convertirse en fango al sumergirse en agua.
Así pues, el aumento de la humedad en un suelo reduce, por lo general, la resistencia del mismo.
En la estación seca, a causa de las pocas precipitaciones el nivel freático disminuye, en oposición a esto, en el período lluvioso, la abundancia de agua provoca una elevación del nivel freático.
Por otro lado, muchos procesos constructivos modifican las condiciones del agua freáticas, y consecuentemente provocan variaciones importantes en las características de los suelos.
Por ejemplo una arcilla sedimentaria o compactada puede haberse formado con un fluido intersticial de una cierta composición química y a una determinada temperatura, pero ambos factores pueden variar a lo largo de la vida del depósito.
Esto significa que el suelo es lo suficientemente rico en los nutrientes necesarios como para permitir el crecimiento sostenido de las plantas y árboles útiles para el ser humano.La capacidad real de un suelo para mantener tal crecimiento se denomina productividad u depende de que el suelo sea fértil y de que tenga una estructura y consistencia adecuada que permita trabajarlo con facilidad.