[2] Por otra parte, se estima que un 92% de la población tiene como lengua materna el finés y un 5,5% el sueco.Por otra parte, el estado debe servir a los ciudadanos en su lengua materna, ya sea sueco o finés.En aquella época, el finés fue arrinconado por la burguesía sueca y no se reconoció como lengua oficial hasta el año 1860 durante el periodo ruso (1809-1917).[12] Al final de la guerra, Suecia cedió Finlandia a Rusia y el gobierno ruso instituyó el Gran Ducado de Finlandia, colocando a un gobernador general ruso como máxima autoridad del mismo.Este último siguió manteniendo muchas políticas, como el sueco como única lengua oficial o el alto estatus de la burguesía suecófona.Las reformas en este sentido se establecieron para fortalecer los vínculos con Occidente a través Escandinavia y así demostrar que Finlandia es parte de los países nórdicos (no del Bloque Oriental).Además, se intentaba favorecer la movilidad, haciendo que ningún ciudadano tuviera problemas para solicitar puestos de trabajo por no saber un determinado idioma.[16] Se han realizado varios estudios sobre las opiniones a favor o en contra de la obligatoriedad del sueco.Las grandes diferencias entre los estudios ilustran los problemas en abordar el tema desde un punto de vista amplio y neutral.Además, muchos de estos estudios han sido sufragados por organizaciones que tienen ya una visión partidista del tema.[cita requerida] En otro estudio de la misma publicación en 2003, un 64% "se oponía a la obligatoriedad del sueco y un 25 % no quería tener dos lenguas oficiales".Además los recursos empleados en el aprendizaje obligatorio de sueco son cuantiosos, ya no solo por los costes directos, sino también porque hay quienes argumentan que la obligatoriedad del sueco desplaza la enseñanza de otras lenguas que podrían ser más útiles en un mundo globalizado, como el alemán, el francés o el ruso.