El seleccionado sudafricano clasificó gracias a su derecho de organizador del torneo.
Entre sus jugadores destacan figuras como Steven Pienaar, Aaron Mokoena y Kagiso Dikgacoi, bajo la conducción técnica del entrenador Carlos Alberto Parreira.
Por ser anfitrión del certamen, a Sudáfrica le correspondió estar como cabeza de serie en el Grupo A, considerado como uno de los dos grupos de la muerte del mundial;[2][3] siendo el grupo G el otro.
[4][5] En el grupo A se encontraban incluidas las selecciones de México, Francia y Uruguay.
Pese a ser el país sede, la selección sudafricana no era favorita para clasificar a octavos de final,[6] aunque en todas las copas del mundo celebradas anteriormente la selección del país sede había avanzado a octavos de final al menos.