Incluso durante su desarrollo, el diseño del arma se centró en simplificar su producción, ser sencilla de usar y poder recalibrarla para emplear cartuchos 9 x 19 Parabellum.
En 1942 los subfusiles fueron sometidos a una serie de evaluaciones por parte del Ejército, tras las cuales recibieron culatas ligeramente más largas.
[1] El arma dispara mediante un percutor situado dentro del cerrojo, el cual es lanzado con ayuda de los muelles recuperadores.
El subfusil está construido con chapa de acero estampada, unida mediante soldadura (lineal y por puntos).
Ambos extremos de la culata son roscados, posibilitando acoplar una escobilla y emplearla como baqueta para limpiar el cañón.
El M3 fue originalmente diseñado como un arma descartable, para ser empleada hasta que ya no pudiese ser reparada.
La portilla de eyección y su cubierta protectora fueron alargadas para permitir que el cerrojo pueda retroceder lo suficiente como para ser bloqueado por el seguro, se agregó una cubierta al botón fijador del cargador y se soldó a la culata de alambre un brazuelo para empujar cartuchos dentro del cargador.
[5] Estos percances eran a veces causados por la caída del arma sobre una superficie dura, con la fuerza suficiente como para abrir la cubierta de la portilla de eyección y hacer que el cerrojo fuese lanzado hacia adelante, introduciendo al mismo tiempo un cartucho del cargador en la recámara.