Los strozzapreti (‘asfixiacuras’ en italiano) son una variante típicamente alargada de cavatelli, o pasta enrollada a mano.
Otra explicación implica a la azdora (‘ama de casa’ en dialecto romaño), que ‘estrangula’ las tiras de masa para elaborar los strozzapreti: «¡en ese momento concreto puede suponerse que la azdora expresaría tal rabia (quizá debido a la miseria y dificultades de su vida) que sería capaz de estrangular a un cura!» Otra leyenda cuenta que las mujeres tenían por costumbre hacer la pasta para los clérigos como parte del pago de la renta de sus tierras (en Romaña, la Iglesia Católica tenía extensas tierras en propiedad arrendadas a los campesinos), y sus maridos se enfadaban tanta porque los corruptos curas comieran la comida de sus esposas que deseaban que estos se asfixiaran cuando se llenasen la boca con ella.
A diferencia de los espaguetis y los macarrones, esta pasta no es uniforme en tamaño ni forma.
La masa romaña tradicional se hace con harina de trigo, agua, sal y opcionalmente huevos.
En Emilia se hace con harina, agua, queso parmesano y clara de huevo batidos juntos.