El strappo es una palabra italiana que da nombre a la técnica de arranque de la superficie cromática de una pintura mural, con la que se consigue separar la película que forma la pintura del rebozado del muro posterior donde se encuentra.
Vitruvio relató cómo en el año 59 a. C., algunas pinturas habían sido sacadas de muros cortando los ladrillos y colocadas en marcos de madera para ser llevadas al Comitium a Roma.
[2][3] El proceso consta de varias partes: Para el arranque de pinturas principalmente al fresco, pero también se puede aplicar a la pintura mural al óleo, barniz o a la cera así como sobre tabla, existen otras técnicas además del strappo, como es el "stacco" en el que se arranca la capa pictórica conjuntamente con la capa de preparación o intonaco.
Dejando para su strappo en murales donde las circunstancias de los cuales son estudiadas a fondo y es inevitable su traslado, como podría ser la ruina irreversible del edificio donde se encuentran o la construcción de un pantano en que se encuentra un edificio que debe quedar anegado.
En este último caso se encontraban muchas de las iglesias románicas catalanas, por lo que sus pinturas murales fueron trasladadas al Museo Nacional de Arte de Cataluña a principios de siglo XX, cuando ya se habían empezado a vender a coleccionistas o habían empezado a sufrir inundaciones como las que tuvo Florencia cuando el Arno se desbordó en 1966.