El llamado estilo representativo (en italiano: stile rappresentativo o canto rappresentativo, también música representativa o género representativo) es desde la primera ópera barroca una monodia acompañada a medio camino entre la declamación y el canto y que resalta el carácter dramático del texto, con una gran libertad de ritmos y frases irregulares, desde intervalos inhabituales, pausas frecuentes, a fin de innovar efectos emocionales.
[1] Generalmente, la expresión es aplicada a una música que manifiesta grandes dosis dramáticas o expresivas.
Fue Giulio Caccini, un virtuoso cantante [5], quien utilizó por primera vez el término en su Eurídice (1600), donde la portada dice « in stile rappresentativo » [2].
En el prólogo de su Eurídice (1600), al que contribuyó Caccini, Peri, también cantante virtuoso [5], escribe : « Teniendo en cuenta estas inflexiones y estas acciones que nos sirven en nuestras penas, en nuestras alegrías y en estados similares, hice avanzar el bajo de la misma manera, más o menos según las pasiones.
Esta confusión refleja las dificultades encontradas por los compositores de la “nouvelle musique» para expresar racionalmente sus esfuerzos esencialmente intuitivos [2] .