La sección más característica del circuito es la combinación de Eau Rouge y Raidillon.
El gran desafío para todo piloto es tomar Eau Rouge con el acelerador a fondo, lo cual se dice que se ha simplificado en los últimos años debido al uso de tecnología moderna en los monoplazas.
Aun así, siguen siendo muy pocos los pilotos que la toman pisando a tope su acelerador.
Con el paso del tiempo, la pista de 14 kilómetros se modificó para que fuera más rápido.
En la parte intermedia de la pista sobresalen las curvas rápidas Stavelot, y Blanchimont.
Al final del circuito se encuentra la famosa curva de "La parada de bus" (que ha sido modificada varias veces en los últimos 10 años): una chicana que antecede a la recta principal.
En el antiguo sobresalían la curva de Stavelot, que se tomaba derrapando a 240 km/h y otras curvas rápidas que los monoplazas de los años 60 tomaban casi a tope.