Poco tiempo después, la familia Sánchez se instaló en el Barrio El Llano Subercaseaux[5], donde Dionisio construirá lo que entonces se llamaba una casa quinta [6], en un terreno ubicado en la antigua Avenida de San Miguel [7], en la cuadra que está rodeada por la actual calle Alcalde Pedro Alarcón y las calles María Auxiliadora, Chiloé y Don Bosco.
Como era normal en esos años, todos los hijos de Dionisio Sánchez Medina recibieron clases de música, las niñas destacarán en el piano y, tal como recuerdan en su obituario, Herminia hasta el final era una buena pianista [9].
La primera compraventa de 1901 fue “cancelada” por las partes [10], mientras que la segunda, suscrita el año 1913, quedó firme [11].
Entre los detractores del párroco, Fernando Alessandri dijo que en San Miguel “intervenía en todas las elecciones a cara descubierta, Allí sólo votaban los que el admitía y siempre se las ingeniaba para sacar adelante al candidato conservador” [14].
Entre los aliados, al menos en la fe, Ramón Subercaseaux indicó que “ejercía en toda esa comarca un poder casi absoluto, no sólo en lo espiritual, sino también en lo social y administrativo.
Al respecto, se indica que “la guía espiritual de su incansable párroco, mons.
Fue en esa ocasión que Herminia tuvo una conversación con el ardiente hijo de Don Bosco y decidió dejarlo todo por entrar al Instituto y ser misionera en las tierras del sur de su patria” [17].
Respecto de la congregación a la que se unirá Herminia, es posible indicar que en 1893 habría iniciado sus actividades el Colegio María Auxiliadora en “una casa campestre en el sector del Club Hípico de Santiago” [18].
Al respecto, dice su biografía que Herminia “llegó a la casa pobre de Punta Arenas, dispuesta a todo sacrificio, sólo para ser portadora del Evangelio para sus compatriotas considerados los últimos de la sociedad y hasta entonces totalmente abandonados” [25].
Continúa el mencionado texto diciendo que fue “admitida al postulantado y luego, en agosto del año siguiente, al noviciado; tuvo como guía durante su formación religiosa la heroica misionera Madre Ángela Vallese quien, en la casa de Punta Arenas fue superiora y formadora de las nuevas vocaciones” [26].
Tras su paso por la Isla Dawson, ya en 1904 está haciendo clases en el Colegio María Auxiliadora de Punta Arenas, que también funcionaba como convento y noviciado [29].
Sigue el relato expresando que pasó “sólo unos pocos años en esa universidad como profesora de escuela y música; luego se mudó a Río Gallegos, en Patagonia austral argentina, donde trabajó durante mucho tiempo en apostolado habitual del colegio” [33].
En diciembre de 1952 Herminia le escribe a su hermano Alejandro desde Punta Arenas.
Le dice que al llegar la navidad no puede sino recordar a la familia y le pide rezar junto a sus sobrinos, para que los actos de su padre sean ejemplo y enseñanza de la fe [38].
Cuenta su obituario que tres años antes de su fallecimiento la condecoró la municipalidad aquella ciudad por su labor docente en Punta Arenas y en Puerto Natales [41].
“Servid al señor con alegría” música en la Misión San Rafael Arcángel (1889-1911), Magallania (Chile), 2014.
Salesianos: asentamiento y tránsito binacional en el archipiélago fueguino, en María Valeria Álvarez, Juan Ramón Vilaboa y Silvina López Rivera (compilación) Estudios del extremo austral del continente, LibroLab ARTAI, Buenos Aires.