Se casó con Jean Pierre Blanchard, el primer aeronauta profesional de la historia.Blanchard había abandonado a su primera esposa, Victoria Lebrun (que posteriormente moriría en la pobreza) y a sus cuatro hijos, para viajar por Europa en el ejercicio de su carrera como aeronauta.Tras estrellarse, su marido sufrió una lesión en la cabeza, y Sophie quedó aparentemente muda por un tiempo.[2] Otros aeronautas intentaban crearse un nombre por sí mismos mediante la exhibición de saltos en paracaídas, lanzándose desde la canasta del globo; en particular la familia de André-Jacques Garnerin, cuya esposa, hija y sobrina, realizaban esta actividad con regularidad.[5] Blanchard podría haber realizado algunas exhibiciones de paracaidismo, pero básicamente su interés principal se centraba en el globo aerostático.Luis quedó tan cautivado con su actuación, que la designó «Aeronauta Oficial de la Restauración».[14][n.Como consecuencia de ello, tuvo que pasar catorce horas y media suspendida en el aire.Blanchard había actuado en los Jardines de Tivoli con regularidad, realizando ascensos dos veces por semana cuando se encontraba en París.[2] Repetidamente había sido advertida del peligro que entrañaba la utilización de fuegos artificiales en sus exhibiciones.También llevaba un vestido blanco y un sombrero del mismo color cubierto con plumas de avestruz.Una vez que había sobrepasado las copas de los árboles, Blanchar comenzó su exhibición agitando la bandera.[22] Momentos después de comenzar la exhibición, y mientras todavía ascendía, el globo fue visto en llamas.La mayoría de los informes dicen que parecía estar en calma durante el descenso, pero se dijo que retorcía las manos con desesperación conforme el globo se acercaba a la tierra.John Poole, un testigo presencial, describió sus últimos momentos: Algunos informes acreditan sus gritos À moi![26] A pesar de que la multitud se precipitó en su ayuda y de que se hicieron intentos para salvarla, o bien murió desnucada en el acto o, como mucho, diez minutos más tarde.Se creyó que la causa más probable del accidente era que los fuegos artificiales adosados al globo habían sido desplazados de su posición original por el roce con un árbol mientras ascendía, posiblemente porque el globo iba excesivamente cargado y esto impidió que se elevara con la rapidez necesaria.Julio Verne la menciona en Cinco semanas en globo, y en El jugador, Fyodor Dostoevsky comparó la emoción de involucrarse en el juego con la sensación que Blanchard debió haber sentido al caer.Para otros, su muerte resultó ser un cuento con moraleja, ya sea como ejemplo de mujer que había excedido su condición (como Grenville Mellen, quien dijo que "una mujer en un globo o bien estaba fuera de su elemento o demasiado alta en él",[29] o como el precio de la vanidad por intentar tales espectáculos.Charles Dickens comentó: The jug goes often to the well, but is pretty sure to get cracked at last («Tanto va el cántaro a la fuente, que al final acaba rompiéndose»).En 2006, se publicó la novela The little balloonist escrita por Linda Donn e inspirada en la historia de Blanchard.
Ascensión del 24 de junio de 1810 en París sobre el
Campo de Marte