Sopó presenta los vocablos so-zo "piedra", "acción de poner", po-po'o "fuerza", "endurecimiento".
Sopó es uno de los municipios asentados en una zona donde se han encontrado las evidencias humanas más antiguas en el altiplano cundiboyacense.
En el periodo muisca tardío ya se pueden reconocer tres asentamientos, probablemente asociados a los tres pueblos hallados por los conquistadores durante la colonia: Meusa, aún disperso, Cueca y Sopó, y un asentamiento denominado Teusacá que se encontraba junto al río.
Agrega también que el sitio de Meusa es mejor para poblar; sin embargo nunca se lleva a cabo el traslado.
Además se asentarían otros españoles o vecinos que arrendaban o poseían pequeñas estancias en comparación a los primeros, entre quienes figuran apellidos como: Baracaldo que tienian tierras al norte limitando con Tocancipa y posteriormente establecerián lazos con los Ospinas y Bernales de Guasca y Guatavíta respectivamente, otros vecinos españoles serían García, Hernández, Izquierdo, Ramírez, Rubiano etc.
Al igual que antes las estancias sirvieron para dar trabajo a la población, esta vez no esclavizada y que a raíz de su trabajo fueron adquiriendo pequeñas parcelas alrededor de estas formando las veredas actuales.
A Sopó se llega por la Ruta Nacional 55 desde el municipio de Chía hasta el sitio de Briceño desde el cual se desciende al sur por la Ruta Nacional 50 llegando al casco urbano soposeño.
En la parte inferior el color blanco representa la tranquilidad y la paz que "respira" el municipio.
El escudo de Sopó está dividido en cruz, y en cada sección se observa un elemento representativo del municipio.
Por último se encuentra una cabeza de ganado en referencia a la principal actividad del municipio, un trébol debido a la abundancia de la tierra, un engranaje por la industria, un libro y una antorcha que simbolizan la intelectualidad y el deporte.