Soldadura de fragua

Su limitación es que sólo se puede aplicar en piezas pequeñas y en forma de lámina.

La unión se hace del centro de las piezas hacia afuera y debe evitarse la oxidación, para esto se utilizan aceites gruesos con un fundente, por lo regular se utiliza bórax combinado con sal de amonio.

Los primeros ejemplos de soldadura por forja se dan desde la edad de bronce y la Edad del Hierro en Europa y el Oriente Medio.

La Edad Media trajo avances en la soldadura de fragua, con la que los herreros repetidamente golpeaban y calentaban el metal hasta que ocurría la unión.

Los artesanos del Renacimiento eran habilidosos en el proceso, y la industria continuó creciendo durante los siglos siguientes.