Fue una batalla decisiva que aseguró la victoria final de los romanos en la larga guerra de las Galias, las pocas tribus que siguieron resistiendo después fueron vencidas al año siguiente y en el 50 a. C. el territorio conquistado, conocido como Galia Comata, sería convertido en provincia romana.También demostró ser un excelente motivador que sabía animar a sus hombres para dar lo mejor sin importar las circunstancias.[35] En el invierno del 53-52 a. C., la agitación en la Galia volvió a activarse[54] mientras César estaba en la Cisalpina por cuestiones políticas y administrativas.Vercingétorix preparaba una emboscada, pero los ansiosos celtas atacaron antes de tiempo y los germánicos les derrotaron[96] en los alrededores del río Vingeanne, pereciendo 3000 jinetes galos.[103] César lo había nombrado al comienzo de sus campañas por tener mayor experiencia militar, llegando a comandar ejércitos independientes con gran habilidad.[104] Los legionarios eran voluntarios reclutados en la península itálica,[105] aunque César permitió entrar y ascender en su ejército a habitantes de la Galia Cisalpina, usualmente considerados menos romanos, ganando su fidelidad.[114] Según el historiador estadounidense Paul Davis en 1999 César tenía 40 000 legionarios, 5000 mercenarios germánicos a caballo y 10 000 auxiliares de todo tipo.[100] Según el historiador militar estadounidense Theodore Ayrault Dodge, César debía contar con unos 50 000 legionarios, 5000 jinetes y quizás unos 10 000 infantes auxiliares, principalmente gálicos.Los estudios arqueológicos revelan que la meseta no tenía espacio suficiente para un ejército tan grande más personal auxiliar y civiles.[173][174] Los galos quedaron atrapados entre los germánicos y la fosa, que era hacia donde los empujaban, debiendo muchos abandonar a sus monturas para poder salvarse.La masa de no combatientes llegó a las posiciones romanas donde suplicaron ser tomados como esclavos y alimentados.[203] Al darse cuenta, los asediados salieron eufóricos de la ciudad, pues desde las alturas podían ver perfectamente a sus compañeros y ambas fuerzas se dieron ánimos.[207] Desde el mediodía al atardecer, ambas caballerías lucharon ferozmente sin vencedor claro hasta que los jinetes germánicos cargaron y pusieron en fuga a los celtas.[2] Finalmente, cuando el amanecer pareció aproximarse los celtas se retiraron temerosos que la caballería romana saliera por otro sector y los atacara en la retaguardia.[3] Tras enviar exploradores para reconocer el terreno, se seleccionaron a los 60 000 guerreros más valientes[224] y deciden atacar al mediodía.Llevaría un cilindro de marfil para representar su imperium y una corona civil por el valor demostrado en combate.Todos los legionarios estarían mirando a Vercingétorix acercarse flanqueado por filas de jinetes, con joyas adornando sus brazos, cuello, cinturón, chal, yelmo alado y la banda que cruzaba su pecho.[268] Su compatriota, el arqueólogo Jean-Louis Brunaux, sostiene que Vercingétorix no fue llevado solo ante César sino encadenado y rodeado por los centuriones.[275] Se desconoce las bajas del ejército de liberación, pero por lo indicado por César, sufrieron enormes pérdidas, tanto en muertos como prisioneros.[146] Sin embargo, sus enemigos políticos, como Marco Porcio Catón, propusieron entregarlo encadenado como criminal de guerra a los celtas.[277] La gran rebelión gala que había unido casi todas sus tribus bajo una misma causa y organización quedaba finiquitada,[109][283] nunca más habría una revuelta masiva, solo casos aislados de resistencia.[284] Los romanos pasaron el año 51 a. C. combatiendo los últimos focos de resistencia, los bituriges, los carnutes y especialmente las tribus belgas.[284][17] También en su habilidad para reconocer qué hacer en cada instante, por ejemplo, enviando a la caballería germánica en el momento preciso.[146] Durante esta campaña el procónsul demostró sus dotes militares, reaccionando rápida e inesperadamente ante los movimientos rebeldes, concentrando a su ejército y tomando sus fortalezas una por una.[291] El plan de Vercingétorix era bueno, negar la batalla decisiva y atacar por su punto débil a los romanos: los suministros.[297] Esta guerra costó la vida de 400 000 galos y un número mayor perdió su libertad según Veleyo Patérculo.[299] Según Plinio el Viejo, César dio muerte a 1 192 000 de enemigos, tanto en la Galia como en las posteriores guerras civiles;[300] aunque, aparentemente esta cifra sólo incluye los bárbaros muertos en sus campañas en la Galia y el Oriente, guerreros y no combatientes, pero no a los romanos que lo enfrentaron en la guerra civil.La violencia desmedida era muy común en las guerras de la Antigüedad y los romanos no eran la excepción, pues eran famosos por ser belicosos.Estos se organizaban por edad en vélites, asteros, príncipes y triarios, quedando un gran segmento de ciudadanos excluidos por no poder pagarse su armamento.[313] Además, después de la guerra Social se les había dado la ciudadanía a todos los socii itálicos, eliminando también la distinción entre legiones romanas y alae itálicas,[14] permitiendo aumentar los ejércitos de cuatro legiones reclutadas al año a diez según la necesidad.
Mapa del mundo romano en el 50 a. C. En amarillo la República, en verde los pueblos celtas aún independientes, en naranja los dacios de
Burebista
, en rosado los germánicos y en color café los ilirios.