Sitio de Alepo (994-995)

[1]​ Para dar más profundidad estratégica a la nueva posesión, el general bizantino Pedro avanzó sobre la ciudad capital del Emirato hamdánida, Alepo.[6]​ Para los bizantinos, retener a Alepo como Estado colchón era vital para evitar el surgimiento de un estado musulmán fuerte en su frontera que pudiera amenazar directamente al imperio.[8]​ Estas acciones no impidieron que los fatimíes acumularan una fuerza lo suficientemente fuerte como para conquistar Alepo.[8]​ Cuando los fatimíes al mando del general Manjutakin sitiaron Alepo en la primavera de 994, el dux bizantino Miguel Burtzes dirigió un ejército para apoyar a la ciudad.[10]​ Basilio II estaba ocupado haciendo campaña contra el Imperio búlgaro, pero reconoció la importancia de la estabilidad en la frontera oriental bizantina.[10]​ Cuando el ejército del emperador se acercó a Alepo, Manjutakin quemó su campamento y abandonó rápidamente el sitio.