[2] Aunque el PECS se desarrolló originalmente para niñas y niños pequeños con trastornos del espectro autista (TEA), su uso se ha generalizado a otros perfiles y otras edades.
Bondy y Frost habían notado que las técnicas de comunicación tradicionales -como la imitación del habla, el uso de signos y señalar imágenes- dependían del o la docente para iniciar las interacciones sociales.
Basándose en estas observaciones, Bondy y Frost idearon un medio funcional para personas con dificultades de comunicación.
[4] Su protocolo de enseñanza está basado en el libro Verbal Behaviour del psicólogo B. F. Skinner.
Esa persona receptora debe responder con el objeto o la actividad.
Otras personas también acaban aprendiendo a utilizar un dispositivo generador de voz.
Por ejemplo: juguetes, libros, actividades como pasear o alimentos.
La segunda le coge la mano al o el estudiante para que muestre la imagen que representa el alimento deseado y se lo muestre a la primera persona.
En esta fase, se coloca la imagen más lejos y se enseña a la alumna o al alumno a buscarla y mostrar la imagen del reforzador.
Se utiliza un pictograma con el símbolo de “quiero” seguido del pictograma del objeto que se desea o reforzador, esté o no presente.
Cuando ya se domina la oración simple, se puede dar el caso de la expansión del lenguaje y atributos, que consiste en añadir adjetivos, verbos y preposiciones a la oración.
Aprenden a componer oraciones comenzando con “Veo”, “Escucho", "Siento", "Es un", etcétera.