Sisebuto de Cardeña

Según el Cantar de mio Cid, El Cid dejó al amparo del abad Sancho a su esposa y a sus hijas, y algunos críticos han creído que el autor del Cantar se refería, por error, a Sisebuto, aunque no hay razones de peso para establecer esta identificación entre el Sancho de la ficción literaria y el Sisebuto histórico.

Sabemos que durante su mandato el monasterio alcanzó una etapa dorada, tanto en la riqueza material como en la influencia espiritual e intelectual.

Sepultado en el monasterio de Cardeña, su sepulcro era visitado por el pueblo, que le atribuían milagros y curaciones.

En 1610 las reliquias se trasladaron a la Capilla de los Mártires, que tomó el nombre del santo, y nuevamente fueron reubicadas en 1736.

Pío VI aprobó que se concediera culto litúrgico, estableciendo la festividad el 15 de marzo.

Fachada actual del monasterio de Cardeña.