La formalización del encargo se retrasó y cuando por fin llegó el contrato, el compositor se dio cuenta de que sólo le quedaban seis semanas para entregar la obra.
El rechazo también fue debido al carácter melancólico y sombrío que presentaba la obra en general.
La inspiración musical parece haber sido en gran medida Gustav Mahler, aunque Britten trabajaba a una escala compacta.
Se abre con una aterradora marcha fúnebre marcada por agresivos golpes de timbal.
[1][2] El segundo movimiento se titula Dies irae y lleva la indicación Allegro con fuoco.
Es un scherzo bélico, lleno de fanfarrias y estallidos instrumentales que chocan mientras alcanzan un clímax cada vez más caótico.
El estreno tuvo lugar ocho meses antes de que los japoneses bombardearan Pearl Harbor.
La obra adquirió inevitablemente implicaciones más amplias en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial.