Se trata de un municipio hispanófono, en el que el español cuenta con el predominio lingüístico reconocido legalmente.
Los iberos, y más tarde los romanos, se referían a este pueblo como Arcas, probablemente por hallarse cerca de algún importante santuario.
Siglos más tarde, cuando Pedro II de Aragón reconquista dicha población, ese mismo nombre se castellaniza paulatinamente y acaba derivando en el actual Sinarcas.
La conquista cristiana debió producirse hacia 1230-1235, integrando esta zona fronteriza con Castilla en el Reino de Valencia.
[3] A fines del siglo XIV pertenecía al señorío de Chelva (más tarde vizcondado) gobernado por los Vilanova.
Hacia 1842, el municipio contaba, según Pascual Madoz, con 119 casas, 171 vecinos y 515 almas.
[5] Por su parte, el primer censo demográfico español de la serie estadística (1857) consignó a Sinarcas 852 habitantes.