Simón Alapín

Nacido en San Petersburgo (otras fuentes afirman que en Vilna), era ciudadano ruso y uno de los jugadores más fuertes de su época en Rusia.[2]​ En 1911 ganó el Torneo Internacional de Múnich, lo que fue su logro principal.[3]​ Su juego se caracterizó por la gran originalidad de sus ideas, lo que en ocasiones le perjudicó a la hora de conseguir victorias.[cita requerida] Publicó una serie de artículos con partidas en las que jugaban dos ajedrecistas imaginarios: Attakinsky y Defendárov.[cita requerida] Pero si hoy en día es famoso Alapín es por su contribución a la teoría de aperturas, en la que defendió una línea que no se suele jugar, aunque puede dar muchas sorpresas: la Apertura Alapín.