Simbad y la princesa

[2]​ El film no sigue la trama del cuento homónimo, sino que tiene más puntos en común con el cuento de El quinto viaje de Simbad, en el que aparece el Ave Roc.

Su objetivo es romper el maleficio lanzado por un diabólico mago a su amada princesa, haciéndola diminuta.

El mérito se debe a Ray Harryhausen, que participó en el guion y es el responsable de que en la pantalla los títeres de la película, como el cíclope o el dragón, parezcan gigantescos monstruos asesinos.

El productor Robert Townson, que la reeditó en 1998 con la Royal Scottish National Orchestra, la describe como una de las mejores bandas sonoras de la historia que no desmerece en nada a cualquier gran composición clásica del siglo XX.

Tiene una ratio del 100% en Rotten Tomatoes, con muchas reseñas que destacan su valor nostálgico.