Simón bar Giora (también llamado Simeón, en español) fue uno de los más importantes jefes rebeldes durante la primera guerra judeo-romana, que tuvo un papel crucial en las luchas internas de los judíos durante el asedio de Jerusalén del año 70, y acabó por dominar la ciudad hasta su caída.
Su programa político era radical, y atrajo la aversión del conservador Flavio Josefo.
Temiendo el creciente poder de Juan, el pueblo de Jerusalén invitó a Bar Giora a entrar en la ciudad en la primavera del año 69 y lo recibió como un salvador; pero allí Simón gobernó como un déspota, llegando a acuñar moneda propia.
[2] Pero en la primavera del año 70 Tito dio inicio al asalto final a Jerusalén, la tomó, y procedió al saqueo y destrucción de la ciudad.
Estos lo llevaron a Roma, lo pasearon durante el triunfo de Tito, y finalmente lo ejecutaron arrojándolo desde la Roca Tarpeya.