[3] Un joven jesuita portugués, Sebastião Rodrigues (basado en el personaje histórico Giuseppe Chiara), es enviado a Japón para socorrer a la Iglesia local e investigar las denuncias de que su mentor, el padre Cristóvão Ferreira, ha cometido apostasía.
Aquellos cristianos que pisan la imagen para permanecer ocultos están profundamente avergonzados por su acto de apostasía.
No fue Cristo cuyo rostro estaba lleno de majestad y gloria, tampoco era un rostro embellecido por la resistencia al dolor, ni tampoco era una cara con la fuerza de una voluntad que se ha rechazado la tentación.
La tristeza que había mirado hacia él [Rodrigues] como los ojos hablaban suplicante: '¡Pisotea!
[5]Silencio recibió el Premio Tanizaki a la mejor literatura del año.