Siconulfo fue liberado por gentes de Salerno y Amalfi que asaltaron su prisión disfrazados de mercaderes amalfitanos, le rescataron y llevaron a Salerno.
La guerra duró diez años, durante los cuales los estragos causados por los sarracenos empeoraron y muchas iglesias fueron expoliadas.
Finalmente, en 849, el rey de Italia y coemperador del Sacro Imperio Luis II el Joven, medió en el conflicto, y confirmó la división[2] del principado beneventano, forzando a los dos rivales a firmar una paz y haciendo a Siconulfo príncipe de Salerno.
Las ciudades principales del nuevo principado eran Tarento, Cassano, Cosenza, Paestum, Conza, Sarno, Cimitile (Nola), Capua, Téano y Sora.
Siconulfo murió poco después en 851 y le sucedió su hijo Sico II, que gobernó en minoría de edad, siendo el poder real manejado por su padrino y regente del Principado de Salerno, Pedro de Salerno.