Sus padres fueron Petronio Probino, hermano de la poetisa Faltonia Betitia Proba y cónsul en 341, y Claudia, una hermana de Clodio Celsino Adelfo.
Sirvió a su hijo Valentiniano II, siguiéndole al exilio en Oriente cuando se produjo la usurpación de Magno Máximo.
Fue, en efecto, patrón de diversos literatos, incluyendo al poeta bordelés Ausonio.
Su hijos Probino y Olibrio continuaron esta tradición con el poeta Claudiano, que celebró al padre de ambos en términos laudatorios en el panegírico conmemorativo a su consulado conjunto en 395 (Panegyricus dictus Probino et Olybrio consulibus).
Amiano Marcelino lo retrató como vanidoso y rapaz a pesar de su ilustre alcurnia e inmensas riquezas: