La migración LGBTIQ, migración queer o sexilio es el movimiento migratorio de personas lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, intersexuales o queers, tanto a nivel nacional como internacional, que normalmente escapan de la discriminación, persecución homofóbica, transfóbica, bifóbica, por ser víctimas de delitos de odio o malos tratos sutentados en su mayoría por prejuicios o estigmas sociales promovidos desde grupos fundamentalistas religiosos o conservadores que se niegan a reconocer y respetar la orientación sexual o identidad de género, como parte de la sexualidad humana que merece aceptación social.
[1] Existen diversos motivos por los cuales las personas LGBT deben abandonar la zona donde residen, dentro de los más comunes destacan: Los estudios sobre migración LGBT en la región México-Centroamérica indican que las personas LGBT enfrentan una alta vulnerabilidad a actos de violencia motivados por la homofobia o transfobia, así como a riesgos como la violencia física y sexual, experiencias que muchos ya han sufrido a lo largo de sus vidas y que generalmente resultan traumáticas.
[6][7][8][9] Además, enfrentan desigualdades sociales como el racismo, la xenofobia y la opresión económica a lo largo de su trayecto migratorio.
[8] Durante los procesos burocráticos, las personas LGBT que buscan migrar legalmente enfrentan actitudes homofóbicas o transfóbicas, así como sistemas poco preparados para manejar sus casos y abusos de poder.
Las personas transgénero, especialmente las mujeres, son víctimas frecuentes de agresiones sexuales y discriminación en albergues, donde se les niegan espacios que correspondan a su identidad de género.