Puede ser peligroso para el ser humano, ya que a veces es patógena, como causa de infecciones nosocomiales y urinarias.
El ambiente en el cual predomina es en condiciones húmedas, por esa razón es posible encontrarla creciendo en los baños y las alcantarillas, aunque puede ser eliminada mediante la aplicación de lejía y otros desinfectantes.
El tratamiento puede realizarse con fluoroquinolonas (ciprofloxacino, levofloxacino), carbapenemicos (ertapenem, imipenem, meropenem), o más frecuentemente cefalosporinas de tercera y cuarta generación (cefotaxima, cefepime), generalmente asociado a un aminoglucósido.
Debido a la pigmentación roja, ocasionada por el pigmento prodigiosina,[1] y la facilidad con que se desarrolla en el pan, S. marcescens ha sido mencionada como la explicación natural de la leyenda medieval sobre la «milagrosa» aparición de sangre en la Eucaristía, que condujo al Papa Urbano IV a instituir la festividad de Corpus Christi en 1264.
En los años 1950 se creía que Serratia marcescens no era patógena, y por eso, la utilizaban en experimentos los estudiantes o simulando pruebas biológicas para los militares de los Estados Unidos.