Su padre estaba dedicado a la diplomacia, por lo que entre 1923 (a los pocos meses de edad) y 1932, De Castro vivió en Suiza con sus padres y sus dos hermanas.
En esa época conoció ciudades como Lausana, Ginebra y Turin.
En 1933 ingresó como alumno de un colegio jesuita en Montevideo y estudió composición musical.
Quedó marcado por la poesía de César Vallejo, para más tarde ligarse a escritores como Pablo Neruda, Octavio Paz y Julio Cortázar.
Más tarde ―durante una estadía en Uruguay―, conoció al famoso pintor Joaquín Torres García, con quien en 1941 estudió pintura y arte monumental hasta 1949.
En la obra se menciona la estrecha relación del protagonista, Horacio Oliveira, con su compañero en el intelectual Club de la Serpiente, quien además en ocasiones lo visitaba en su taller de París.