Sepiida

Las sepias tienen una concha interna única, el jibión, que se utiliza para controlar la flotabilidad.

[1]​ Las sepias se alimentan de pequeños moluscos, cangrejos, camarones, peces, pulpos, gusanos y otras sepias, que mastica gracias a su pico triturador, usado otras veces como defensa de último remedio.

Sus depredadores son delfines, tiburones, peces, focas, aves marinas y otras sepias.

[2]​ El mundo grecorromano valoraba la sepia como fuente del singular pigmento marrón que la criatura libera por su sifón cuando se alarma.

Vive en el fondo de los mares poco profundos, generalmente entre las hierbas acuáticas y las algas.

Se desplaza mediante una ondulación progresiva de los pliegues laterales del manto.

Estos músculos están directamente conectados al cerebro, lo que permite a la sepia un gran control sobre ellos y un cambio de color en 2 segundos.

Otro efecto es el aspecto deimático (simular dos ojos en la espalda), que utilizan para parecer más grandes y amenazadoras.

Cuando se camuflan, estas reproducen una aproximación increíblemente similar al de su entorno visual, en su propia piel.

Cuando no se le entregó comida, mostró en su espalda una x, demostrando que había asociado este símbolo a la obtención de alimento, y el control que tiene sobre sus cromatóforos, no automático, sino completamente elaborado y consciente.

Tienen dos manchas de sensores concentrados en su retina (conocida como fóvea), uno lo usan para mirar más hacia adelante, y otro para mirar más hacia atrás, permitiéndoles un alto ángulo de visión.Su visión es 2 veces el ángulo del ojo del humano.

Sepiella japonica Sasaki, espécimen de museo.
Sepia mostrando su camuflaje de acuerdo con el fondo.
Camuflaje en tablero
Partes de la sepia