Semana Santa en Borja (Zaragoza)

Los cofrades de San Antón, principalmente labradores acomodados, tenían obligada asistencia a esta ceremonia.

En 1734 se construye un arca para depositar el cuerpo, y en 1744 una devota borjana, Manuela González de Castejón, funda un legado para que se celebre la ceremonia del Entierro de Cristo, que comenzaría a realizarse 2 años después, en la Semana Santa de 1746.

En 1830, se inició su restauración por iniciativa de las cofradías del Carmen y Santa Lucía y en 1848 se hizo cargo de la dirección la Cofradía de las Almas y San Isidro, que continúa al frente hoy en día.

Desde un primer momento, dichas cofradías participan en las procesiones con un hábito común consistente en túnica negra ceñida con cíngulo o cordón, y tercerol (capucha) de igual color.

Esta tradición se mantuvo hasta 1940, año en el que la Cofradía de San Juan Evangelista, inspirándose en las hermandades que por la misma década se estaban fundando en Zaragoza, introduce los primeros hábitos de color y un elemento importado de Andalucía, el capirote, elementos que más tarde se generalizaron en el resto de las cofradías.

La ceremonia del velatorio se celebra en la Colegiata de Santa María desde 1870, ya que anteriormente solo se celebraba nada más que la ceremonia del Descendimiento.

En la procesión salen cinco pasos que representan los misterios dolorosos del Rosario.

Tras un toque de tambor y corneta, se canta el pregón que reza así:

La procesión se inicia al atardecer, en torno a las 7 u 8 de la tarde.

El centurión deja sus armas a uno de los "angélicos" y sube con el otro hasta el Arca.

El centurión se mueve en el estrado como un autómata dirigido por los golpes de bastón del ángel.

Cofradía de San Juan Evangelista
Cristo yacente (Borja)
Entierro de Cristo, acto central de la Semana Santa borjana
Paso del Descendimiento (Cofradía de San Antón)
Paso de la Verónica (Cofradía de San Sebastián y la Verónica).