Se decora con nata montada, cerezas al marrasquino y virutas de chocolate.
Tradicionalmente, se le añade kirschwasser, un licor claro elaborado a partir de guindas.
La ley alemana exige que cualquier postre etiquetado como Schwarzwälder Kirschtorte debe tener kirschwasser.
La ciudad, que no suele asociarse con la Selva Negra, perteneció a este distrito desde 1818 hasta 1924.
El alcohol del kirsch ayudó a que el pastel se conservara mejor en climas más cálidos, y sus ingredientes se podían adaptar fácilmente a diferentes culturas, por ejemplo, cambiando las cerezas por una fruta local u omitiendo el alcohol en los países musulmanes.