Sebastià Junyer

[1]​ Trabajó un tiempo en la Sala Parés, donde se adentró en el mundo del coleccionismo.

Fue un asiduo de las tertulias del café Els Quatre Gats, punto neurálgico del modernismo catalán, donde conoció a Pablo Picasso, con el que entabló amistad y con el que viajó a París.

Fue también coleccionista de arte antiguo y medieval, especialmente imágenes románicas.

[1]​ Destacó como paisajista —principalmente de Mallorca y Vallcarca—, en un estilo decorativista y preciosista, que destaca por la riqueza de su colorido, así como cierta dosis de primitivismo, en un estilo cercano a Mariano Pidelaserra.

[2]​ Poco amigo de exponer sus obras, su trabajo pasó casi desapercibido por un tiempo, hasta una exposición retrospectiva de treinta y dos obras celebrada en la Sala Parés en 1953.