Señorío comunal

Al final de la época carolingia aparece en el sureste de Francia el señorío comunal, cuyas tierras disminuyen progresivamente ante el poder central, aunque en la primera mitad del siglo XI quedan sometidas en parte a la autoridad del emperador y se convierten en tierras del Imperio.

Estos territorios, sobre los cuales el señor no ejerce sino una autoridad teórica, escapan progresivamente a su control.

Este nuevo señorío, que empieza a ser llamado comunal o banal, viene a sobreponerse, sin suprimirlo, al señorío territorial, que confiere derechos de orden privado.

Era un impuesto muy impopular porque su importe se fijaba arbitrariamente y el señor podía aumentarlo varias veces al año.

Los términos «banalidad» y «señorío banal», como también se llama al señorío comunal, proceden del germánico ban, que designaba el derecho de los jefes germánicos de reunir a los miembros del clan y castigar los delitos.