Sarah Childress conoció a James K. Polk mientras ambos recibían instrucción de Samuel P. Black en su casa en Murfreesboro, Tennessee; él tenía 19 años, ella 12.
Son la única pareja presidencial que nunca tuvo hijos mientras estuvieron juntos, biológicos, adoptados o de un matrimonio anterior.
El presidente Polk a veces discutía asuntos de política con ella.
Aunque disfrutaba con la vida política, también advertía a su marido, cuya salud nunca fue robusta, contra el exceso de trabajo.
[5] Devota presbiteriana, como primera dama prohibió los bailes, los juegos de cartas, y los licores fuertes en las recepciones oficiales.
Al llegar a Tennessee, Polk se decepcionó, pues la mansión aun no estaba terminada por completo.
UU.[9] Su viuda se quedó en Polk Place abandonándola muy raramente, volviéndose un poco reclusa.
Recibió entonces visitantes señalados y populares durante su larga viudez, como Abram Hewitt, Edward Cooper, John C. Calhoun II, John Catron, George Bancroft, entre muchos otros, incluyendo los presidentes Rutherford B. Hayes y Grover Cleveland.
Visitó a su hermano en Childress-Ray House en Murfreesboro, cuya hija estaba casada con el gobernador de Tennessee John C.