Santuario de la Virgen de las Nieves

El santuario de la Virgen de las Nieves es una ermita ubicada en el municipio español de Dílar, Granada, a 2700 metros sobre el nivel del mar, en Sierra Nevada, construida a finales del siglo XVIII.

Tras ponerse los dos a rezar fervorosamente como último remedio para el peligro que corrían, a ambos se les apareció la Virgen de las Nieves con su Hijo en brazos, calmando los elementos e indicándoles el camino a seguir y salvándolos así de una muerte segura.

En el año 1724 se sustituyó esta primera ermita por otra, situada algo más abajo, en los Prados del Borreguil, también llamados de la Ermita, a unos 2.700 m s. n. m., en las inmediaciones de donde actualmente se ubican las estaciones inferiores de los telesillas Dílar y Laguna, de la estación de esquí; pero tampoco ésta resistió el ataque de los hielos, emplazándose en 1745 una tercera ermita a menor altitud (1380 m, en el Picón del Savial) conocida como Ermita Vieja (la cual hoy, reconstruida, alberga un Aula de la Naturaleza del parque natural de Sierra Nevada) y posteriormente, como ésta quedaba todavía muy alejada de la localidad de Dílar, a cuyo término pertenecen todos los lugares aludidos, en 1796 Mateo Benítez, beneficiado de esta población, ante el auge del fervor popular, encargó al maestro de obras Manuel Garnica la construcción del actual Santuario dedicado a esta advocación mariana, siendo Juan de Toro el artífice del camarín en 1855.

Esta tradición se ha mantenido viva hasta la actualidad, siendo muy populares las misas y romerías montañeras que cada año, conmemorando esa fecha, se suelen realizar por distintas cumbres de Sierra Nevada (Mulhacén, Veleta...).

Pero previamente, al celebrarse esta festividad en el año 1961, un boceto de esta misma talla de la Virgen de las Nieves, elaborado en piedra artificial a costa del industrial Nicolás García Oliveros, presidió por vez primera la misa celebrada en la cumbre del Veleta, lugar donde había quedado entronizado este boceto el 4 de diciembre de 1960 por grupos de montañeros granadinos, aunque tampoco soportó durante mucho más tiempo las inclemencias meteorológicas propias de tan elevada altitud (3.394 m s. n.