Según la tradición está estrechamente relacionado con el emperador Go-Daigo.
[1] También aparece mencionado en el Engishiki, escrito en 927, como importante lugar de devoción hacia mikumari.
Dicho mikumari es un kami sintoísta femenino asociado con el agua al que está dedicado el santuario.
Por asociación también se considera el santuario un lugar favorecedor para rogar por la llegada o cese de la lluvia aunque su kami no esté asociado con el clima.
La zona del monte Yoshino donde se encuentra el santuario es especialmente conocida en Japón por la presencia de los cerezos de Yoshino plantados entre otras variedades de cerezos a lo largo de los siglos por los monjes y ermitaños del lugar hasta un total que actualmente se dice que supera los 30000 árboles.