Santo patrón

[1]​ La Iglesia católica considera la veneración a los santos como una práctica que tiene base en la Biblia, entre otros ejemplos se citan:[2]​[3]​ Ningún santo está muerto, todos están vivos en el cielo:Los santos del cielo reciben las oraciones de los que están en la tierra y pueden presentarlas ante Dios:La veneración de los santos en la Iglesia católica se sustenta (aunque no explícitamente) en la Biblia (en libros como Macabeos) y en la Sagrada Tradición, que ésta atestigua que los primeros cristianos sí creían en la intercesión y por ende veneración de los santos.Algunas sectas y congregaciones protestantes desconocen el patronazgo de los santos y su veneración basándose en su interpretación bíblica y desestimando escritos posteriores de cualquier otra autoridad humana por considerarlos carentes de la inspiración del Espíritu Santo que sí le atribuyen a los escritos canónicos.Al ser Cristo el único mediador entre Dios y los hombres, niegan la necesidad de terceras figuras que intercedan, siguiendo los escritos de 1.ª Timoteo 2:5 (Primer Epístola del apóstol San Pablo a Timoteo)[5]​ y Hebreos 4:14-16 (Epístola a los Hebreos).
Santos patronos por continentes y regiones: San Benito de Nursia (Europa), San Jorge (Oriente Medio), San Moisés el Moro (África), San Francisco Javier (Asia), Nuestra Señora de Guadalupe (América) y San Pedro Chanel (Oceanía).
Patronos de Europa : San Cirilio, Santa Catalina de Siena, San Metodio, Santa Brígida de Suecia, San Benito de Nursia y Santa Teresa Benedicta de la Cruz.